La semana pasada solo pensaba en que quería salir de la rutina, quería tomarme un descanso de la monotonía y recordé que un amigo me había recomendado el Hotel Guadaira, ya que su experiencia había sido increíble. Decidí llamar para obtener más información.
En el primer contacto que tuve, la persona que me atendió fue muy amable, me conto de las instalaciones del hotel, de la comida y de su ubicación, lo que me gustó mucho porque queda en Melgar, un pueblito maravilloso con un clima perfecto.
Emprendí mi viaje hacia Melgar, me encantó la carretera, los paisajes eran hermosos, mi emoción cada vez era más grande, podría respirar un aire diferente, un aire limpio. Cuando llegué al hotel me recibieron muy bien y me instalaron en la habitación, lo primero que pensé cuando la vi fue: ¡Será el descanso que tanto necesito!
Después de instalarme, decidí recorrer el hotel, quería conocer el restaurante porque mi amigo me había dicho que la comida del hotel era deliciosa, así que no me iba a quedar con las ganas de probar. Apenas entre, me di cuenta que el lugar era espectacular y la comida tal cual como lo menciono mi amigo, estaba magnífica.
Después de reposar un rato, decidí ir a la piscina y a tomar el sol, me sorprendió mucho que la piscina era gigante y muy bonita, todos en ese lugar estaban tan felices que me sentí muy cómoda, además pude tomar el sol y recargarme de energía.
En el camino me encontré con un amigo muy tierno, juguetón y amoroso, estaba muy feliz de estar ahí, era muy consentido y me siguió a varias partes.
Luego de esto, conocí distintas instalaciones del hotel, me parecieron hermosas, muchas de estas, eran perfectas para tomarse fotos. Vi muchas familias y parejas felices, de verdad que este lugar es perfecto para relajarse y unirse más con nuestros seres amados. ¡Volveré!
